Los adultos que le rodean asumen así la función de acompañarle en el proceso, sabedores inconscientes de que están salvaguardando la
especie, ignorantes en muchos casos de que ese acompañamiento y su estilo serán determinantes en el resultado.
Ante la presencia de un recién nacido se desencadena, en la mayoría de las personas, el instinto protector, que en lo concreto se manifiesta en el acto de alimentarle, higienizarle, vigilar su salud...Paralelamente se desarrolla un lazo afectivo que marcará la relación con el niño -y mucho más-.
Hablamos del "Apego".
Es la unión afectiva que se establece entre el ser en desarrollo y los seres más cercanos a él: madre, padre, educadores...
Existen cuatro estilos de Apego: ansioso, ambivalente, evitativo y seguro, y todos y cada uno influyen en el grado de seguridad que consiga el niño en sí mismo -Autoestima- y el grado de confianza que pueda depositar en los demás.
El estilo de apego ansioso, (por ejemplo el de los padres sobreprotectores) genera inseguridad, timidez, baja autoestima y temores en el niño.
El estilo ambivalente, es el que deja al niño inmerso en la incertidumbre, en el desasosiego que produce la inestabilidad permanente.
El estilo evitativo deja al niño a merced de los acontecimientos, sin apoyos, sin guía eficaz, obligándole a adaptarse de la mejor manera que pueda y minando su autoestima.
Todo esto generará una alta confianza en sí mismo basada en el autoconocimiento, y le proveerá de las habilidades sociales necesarias para relacionarse positivamente con su entorno.
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Que importante es la teoría del Apego y que bueno sería poder trabajar desde ella , con los padres, a partir del embarazo.
ResponderEliminarMuy interesante la distinción de los cuatro tipos de apego y sus consecuencias.
ResponderEliminarTodos debemos revisar, de vez en cuando, cómo estamos trenzando la afectividad con nuestros hijos y con otras personas.
¡Muchas gracias!