Comunicación positiva


El esquema básico de la comunicación nos muestra a un transmisor (que desea transmitir algo), un destinatario (que recibe la información), el mensaje (la información a transmitir), el lenguaje (el utilizado para la transmisión) y el contexto (todo lo que rodea a la comunicación).
El papel de transmisor y el de destinatario se
van alternando a lo largo de una conversación. Hay que
tener en cuenta además, las particularidades de cada persona interviniente en una comunicación, (estado de ánimo, interés en el tema tratado, nivel cultural, edad, etc).


La Comunicación positiva


La Comunicación positiva es aquella interacción que pretende transmitir una información de forma que el mensaje sea bien comprendido, sin dudas ni malas interpretaciones, y además genere en la otra parte una actitud de colaboración.
Si queremos conseguir esto, es necesario atender a unas normas:

Normas para el emisor:

1. Utilizar la primera persona al expresar una opinión.
2. Dar ejemplos concretos de lo que se afirma.
3. Evitar el “siempre” y el “nunca”.
4. Quedarse en el “aquí y ahora”.
5. Formular peticiones en forma directa, explicitando el “cuándo” y el “cómo” se desea algo.
6. Todas las frases se expresarán en forma positiva.

Normas para el receptor:

1. Mostrar señales no-verbales de atención.
2. Hacer comentarios o gestos de asentimiento.
3. Hacer preguntas abiertas, invitando al interlocutor a seguir hablando.
4. Dar retro alimentación positiva acerca de lo se está escuchando.
5. En el momento de hablar, expresarse siguiendo las normas del emisor.

Normas para ambos interlocutores:

1. Expresar crítica sólo si el otro la pide o tras haberle pedido permiso para hacerlo.
2. Expresar sólo crítica constructiva, con sugerencias concretas de cambio.
3. Evitar el sarcasmo, la ironía y la indiferencia.
4. Mantener un tono de voz relajado.


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