Existen muchos estilos o prácticas educativas. Podemos describir más modelos cuantos más factores tengamos en cuenta (afecto, autoridad, distribución de roles, actitud ansiosa, dedicación...)
Nos fijaremos solo en cuatro modelos; tenemos que tener en cuenta que no siempre aparecerán en
la realidad tal y como los describimos.
la realidad tal y como los describimos.
Pero las prácticas educativas reales tenderán a parecerse a uno de los siguientes modelos:
Estilo Represivo o Coercitivo.
• Está basado en la autoridad incuestionable de los padres.
• No se razonan las normas.
• Se producen más castigos que refuerzos o alabanzas.
• Los padres prestan poco apoyo y se muestran poco afectuosos con los hijos.
• La comunicación es unidireccional (de los padres a los hijos pero no a la inversa).
Estilo Sobreprotector.
• Intentan controlar las vidas de los hijos a través del afecto. Se preocupan por ellos y les apoyan pero les permiten cualquier cosa con tal de controlarlos.
• Dificulta la autonomía de los hijos.
• Se protege a los hijos de las consecuencias de sus propios actos.
• Límites difusos.
Estilo Permisivo.
• Los padres abandonan el papel educativo.
• Los padres no se implican afectivamente.
• Los padres no piden cambios en el comportamiento de los hijos aunque estén descontentos con él.
Estilo Fortalecedor.
• Se razonan las normas. El control es firme pero no rígido.
• Límites claros pero flexibles.
• Toda la familia tiene derechos y deberes.
• Favorece la adquisición paulatina de autonomía.
• Se manifiestan con frecuencia afecto e interés.
• Refuerzos y alabanzas son comunes.

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