Hablar de lo que sentimos.

¿De qué se habla en las familias? 


Los temas que se hablan en la intimidad de las familias son pocos, en la mayoría de los casos: economía familiar, salud, el estudio de los hijos, o cuestiones que tiene que ver con su educación, situaciones o problemas con otros familiares... y generalmente, son tratados de forma individual: con la pareja, con el hijo/a en cuestión...
En muy pocos casos se habla de sentimientos y emociones.  "(...) es que yo no suelo hablar de eso (...)" Efectivamente, no estamos "educados/as" para hablar de ello. Pero los sentimientos y las
emociones forman parte de nuestra naturaleza, al igual que nuestro cuerpo físico. Con la misma facilidad que
hablamos de nuestro dolor de cabeza, deberíamos poder hablar de nuestra angustia; con el mismo interés que preguntamos sobre el dolor de estómago que tiene nuestra hija, deberíamos indagar sobre su tristeza.
Hablar de lo que sentimos y de lo que nos emociona, debería ser habitual. Entre otras cosas, estaremos formando en nuestros/as hijos/as personas completas, que no oculten ni nieguen lo que precisamente les hace Humanos/as.
Y hacerlo de forma grupal permite (sin descartar el tratamiento individual del tema en los casos en que sea necesario) el conocimiento y la confianza de los miembros entre si, el sentirse respaldado/a, y aumenta la unidad de la familia.

¿Cómo podemos hacerlo?

Las Asambleas familiares pueden ser un buenísimo instrumento.

Se trata de establecer reuniones donde estén presentes todos los miembros de la familia. Pueden ser "Ordinarias": cada cierto tiempo, por ejemplo, una vez al mes.
"Extraordinarias": ante una situación crítica.
El objetivo de estas reuniones será conocer cómo está viviendo cada uno de los miembros de la familia, una situación actual o simplemente, el día a día.
El lenguaje y la conversación deben estar, en algún momento de la charla, centrados en los sentimientos y emociones que se experimentan. No lo que pensamos, o lo que creemos, o que solución sería la apropiada, sino lo que sentimos.
Todo lo que sucede a nuestro alrededor nos afecta emocionalmente, aunque sea una situación que involucra a otra persona. Por ejemplo, que mi hermano mayor repita curso en la escuela, origina sentimientos y emociones en mi ¿cuáles?; que mi tío esté enfermo origina sentimientos en mi ¿cuáles?

Este tipo de actividad familiar favorece la comunicación, 
genera confianza, aumenta la autoestima y
 nos entrena en la empatía y la solidaridad.


1 comentario:

  1. Me encanto, la idea de implementar una asamblea, aunque sea mensual, para poder hablar de temas personales, e individuales de cada mienbro de la flia. Aunque se hablan los temas, pero madre e hija ó hijas, pero no en flia, lo vamos a empezar a hacer. muchos exitos, siempre es bueno leer este tipo de informacion, que ayuda a poder rescatar algo, o ver algo que no se nos habia ocurrido. exitos CreSer!!!

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